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LA BALA DE PLATA

"Atrincherarse y aguantar": la estrategia de Milei al todo o nada

El gobierno nacional enfrenta crecientes tensiones cambiarias en la previa de las elecciones legislativas, recurriendo a la venta de USD 530 millones y otras medidas de intervención para contener el dólar, sacrificando reservas y comprometiendo el refinanciamiento de la deuda externa, según un análisis del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Por Tendencia de noticias

05 sept, 2025 06:42 p. m. Actualizado: 05 sept, 2025 06:42 p. m. AR
"Atrincherarse y aguantar": la estrategia de Milei al todo o nada

En un contexto de alta incertidumbre electoral, el equipo económico del gobierno de Javier Milei redobló esfuerzos para estabilizar el tipo de cambio, priorizando el resultado de las elecciones legislativas del 26 de octubre como las que se desarrollarán este domingo en la provincia de Buenos Aires. Según un reciente informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la situación económica actual, calificada como “transitoria, signada únicamente por el riesgo electoral”, llevó al gobierno a desplegar una serie de medidas intervencionistas que, aunque logran contener momentáneamente el dólar, comprometen la sostenibilidad del esquema cambiario y el refinanciamiento de los vencimientos de deuda externa.


Desde julio, el equipo económico, liderado por el ministro Luis Caputo, implementó un arsenal de herramientas para evitar un salto cambiario que podría desestabilizar la economía en esta etapa preelectoral. Entre las medidas destacadas, CEPA señala que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) “intervino en el mercado de futuros de dólar a un ritmo promedio de más de USD 100 millones por día”, acumulando una posición vendida superior a los USD 5.000 millones desde el 3 de julio. Esta estrategia buscó contener las expectativas devaluatorias, pero su efectividad ha disminuido, generando “la emisión de pesos para cubrir subas de precio diarias” y el riesgo de una corrida al vencimiento de los contratos, como ocurrió el 31 de julio, cuando el dólar subió $58. Para mitigar este riesgo, el 29 de agosto se prohibió a las entidades financieras comprar dólares en el mercado oficial el último día hábil de cada mes.


Otra medida clave fue la suba de tasas de interés, con el Tesoro convalidando tasas de hasta “75,6% Efectiva Anual en la última colocación (27/08)” para evitar la liberación de pesos que pudieran presionar al dólar. Sin embargo, CEPA advierte que estas tasas, cercanas al 30% anual en términos reales, son “insostenibles” para el costo de financiamiento del Tesoro y afectan negativamente la economía real, perdiendo eficacia como herramienta de contención cambiaria.


Desconfianza


El endurecimiento de los encajes bancarios también fue central en el apretón monetario. Desde el 17 de julio, los encajes para fondos Money Market y cauciones pasaron del 20% al 40%, obligando a los bancos a inmovilizar “$19,5 billones promedio en agosto, $5,6 billones más que en el mes anterior”. Esta medida, junto con la introducción de encajes remunerados, permitió al Tesoro renovar el 100% de los vencimientos en la licitación de fines de agosto, aunque a costa de postergar problemas al futuro, ya que “cuando estos se reviertan, los bancos probablemente prefieran deshacerse de los títulos”.


La intervención en la curva de pesos reflejó la creciente desconfianza del mercado. A mediados de agosto, los precios de Letras y Bonos soberanos cayeron más de 1,5% en un solo día, lo que llevó al BCRA a comprar títulos por hasta $1,3 billones para sostener sus cotizaciones, rompiendo con el discurso de “tasa endógena” y generando nueva emisión monetaria. Finalmente, la venta directa de dólares por parte del Tesoro, que alcanzó “más de USD 530 millones en las últimas 2 semanas”, marcó el uso de la “bala de plata”. Según CEPA, esta intervención, que consumió cerca del 40% de los dólares acumulados por el Tesoro en junio y julio, rompió con el esquema de bandas cambiarias diseñado por el propio equipo económico, estableciendo “un nuevo techo de la banda de facto” con valores diarios crecientes.


Fragilidad


Estas medidas, aunque efectivas a corto plazo, profundizaron las vulnerabilidades del frente externo. CEPA destaca un “fuerte deterioro” en el Balance Cambiario, con una Formación de Activos Externos (FAE) de USD 15.000 millones en los últimos cuatro meses y una proyección de un déficit de cuenta corriente cercano a los USD 10.000 millones hasta fin de año. La venta de dólares por parte del Tesoro compromete la acumulación de reservas necesaria para enfrentar vencimientos de deuda externa por USD 4.500 millones en enero de 2026, aumentando el riesgo país, que volvió a superar los “900 puntos básicos”. Esto pone en jaque uno de los pilares del programa económico: “el refinanciamiento de los vencimientos de deuda en dólares”.


El informe de CEPA subraya que la estrategia del gobierno, centrada en evitar una devaluación antes de las elecciones, revela una “fragilidad del programa económico per se”. En este sentido, el ministro Caputo expresó en Carajo Stream el 28 de agosto: “Cuando la gente vote y en el Congreso se den cuenta que no los quieren a ellos, lo quieren al presidente Javier Milei, entonces todo esto se empieza a ordenar”. Esta declaración refleja la apuesta del gobierno a consolidar su apoyo electoral, particularmente en la provincia de Buenos Aires, para sostener su agenda económica. Sin embargo, CEPA plantea un interrogante crítico: si el resultado electoral no favorece al oficialismo, ¿continuará el gobierno vendiendo reservas o permitirá un salto cambiario, atribuyéndolo al “riesgo kuka”?.


"Si el gobierno mantiene su posición de atrincherarse y aguantar, no sólo comienza a comprometer el escenario post electoral, sino que también pone en riesgo la victoria en octubre que hasta ahora se daba por hecha", concluyó el análisis de la entidad.

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